Democracia lenta pero segura
El fallido intento de atentado ayer contra el primer ministro libio Abderrahim al Kib ha encendido de nuevo las alarmas sobre el devenir de la era post-Gadafi en Libia. Sin embargo, lo cierto es que cuesta mucho que un país sumido en las tinieblas de una cruel dictadura abra sus ojos a la democracia y no pestañeé ni dé bandazos de ciego. Su iris debe acostumbrarse poco a poco al inmenso foco de luz que les puede servir de guía. Ese lucero llamado libertad.